"Si la verdad de un hecho debe consagrarse por el número de testigos que la corroboran, la existencia del diablo en la Edad Media estaría mejor fundada que la de cualquier personaje histórico." Charles Seignobos (1854-1942), historiador

sábado, 25 de junio de 2011

De las nuevas guerras, a presupuesto limitado, tiempo predeterminado y éxito insustancial o de “La guerre pour la guerre”

Imperio otomano: lecciones sobre Libia  de Robert Fisk
extracto de: www.jornada.unam.mx/2011/03/27/opinion/024a1mun
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Los Senussi, por cierto, fueron fundados por un argelino llamado Muhammad Ibn Alí al-Senussi, quien se estableció en Cirenaica en 1843. La historia de la tribu, que llega hasta el rey Idris (derrocado por un tal coronel Kadafi en 1969), es descrita con agudeza cuando Mango* señala que la solidaridad musulmana (en la guerra) era efectiva cuando se complementaba con el interés propio y el instinto de autodefensa.
Hay otros párrafos que podrían ser leídos por los David Cameron de este mundo. En una línea espléndida Mango explica que había que mostrar a los árabes que el Estado otomano regenerado era capaz de defenderlos, en tanto el propio Mustafá Kemal dice de la campaña en Libia: en ese tiempo, me di cuenta de que era inútil. Ciento ochenta otomanos y 8 mil árabes pudieron rodear a 15 mil italianos, pero los guerreros tribales árabes iban y venían según los movía el espíritu. La principal preocupación de los jeques, según descubrió Mustafá Kemal, era ganar tanto dinero como fuera posible, y mientras más durara la guerra, más dinero se podían meter a la bolsa.


Los paralelismos no son exactos, por supuesto. Pero sería interesante saber –si Kadafi se sostiene como lapa en Libia– cómo vamos a decirles a nuestros fieles rebeldes de Bengasi que la OTAN se ha quedado sin fuelle y prefiere la paz que más guerra.
*Andrew Mango, "Ataturk: The Biography of the founder of Modern Turkey", John Murray (2004)